José Luis Perales llega este sábado 18 a sus 80 años de edad establecido como uno de los autores más significativos de España con incidencia en América Latina.
Con más de 55 millones de discos vendidos, 27 producciones en su catálogo y un público fiel que le sigue desde hace más de 40 años, el cantante y compositor español lleva casi cinco décadas enamorando al mundo hispanohablante con sus poesías convertidas en canciones románticas.
Hoy, en su octogésimo cumpleaños, no está de más recordar el legado que deja este artista con cientos de canciones, entre ellas “¿Y cómo es él?”, “Un velero llamado libertad”, “Amada mía” o “Morir de amor”, que de forma indudable despiertan emociones en sus oyentes.
Siendo el tercero de cuatro hijos de un padre albañil y un ama de casa, a la temprana edad de 6 años Perales mostró una abierta inclinación por la música, aprendiendo técnicas de canto como la vocalización, lo que le llevó a tocar el laúd a los seis años y realizar sus primeras composiciones en la adolescencia.
Por un tiempo dejó su pasión por la música de lado para cursar la maestría en electrónica en Sevilla, España, y armonizar sus estudios con trabajos de medio tiempo como electricista y limpia botines.
En sus ratos libres recordaba su verdadera vocación y componía canciones para otros intérpretes. “Un día, por culpa de la música, interrumpí mis estudios”, reconoce en su portal web, donde menciona que pudo educar “el oído y el alma para percibir cada matiz de unas partituras escritas por los clásicos” que disfrutaba con verdadero entusiasmo.
Junto con otros compañeros formó el grupo musical “The Lunic Boys”, inspirado por los temas escuchados en aquel entonces. Entre clases, ensayos y guitarras que fabricaron entre ellos mismos, se reunían en un pequeño cuarto de la universidad para alcanzar sus sueños y aspiraciones del momento.
Lejos se imaginaba que esas reuniones estudiantiles lo llevarían a forjar su futuro musical y recuerdos que perdurarían a lo largo de los años. El comienzo de una era “Niebla” se convirtió en la canción que inició el principio de una posterior y larga trayectoria del artista como autor.
Relata que su única aspiración en esos momentos era que algunas de las grandes voces de la época llegaran a interpretar sus canciones. Así que con ayuda de sus amigos y “cierto miedo” tuvo su primera cita con un director discográfico que, entre palabras y comentarios desanimadores a su persona, le propuso ser autor para los cantantes que le solicitaran una canción.
