El centroderechista Rodrigo Paz es el nuevo presidente de Bolivia. Terminado el escrutinio, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Paz sumó el 54,5% de los votos, frente al 45,5% de la alianza Libre del expresidente conservador Jorge Tuto Quiroga. Con el de este domingo, Quiroga suma cuatro intentos fallidos de llegar a la presidencia. Paz, en cambio, se estrena con un triunfo por paliza que hasta hace solo dos meses, cuando ganó por sorpresa la prima vuelta electoral, parecía imposible.
Rodrigo Paz, el presidente inesperado que promete “capitalismo para todos”
“Bolivia respira vientos de cambio y renovación para seguir adelante”, dijo Paz en su primer discurso como ganador. Y resumió su visión de Bolivia en “Dios, familia y patria”. Se despidió con un agradecimiento a su padre, el expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), presente en el centro de campaña.
La debacle de la izquierda de Evo Morales, hegemónica durante 20 años, le abrió finalmente las puertas del Palacio Quemado a Paz, un dirigente formado en una alcaldía de provincia. Bolivia iniciará el 8 de noviembre, fecha del traspaso de mando, un nuevo ciclo político lejos de las políticas estatistas y redistributivas promovidas por el MAS. Con todo, el viraje conservador no será con Paz tan brutal como el que podía esperarse con Quiroga.
“Bolivia no está para que nosotros tratemos de causarle más dificultades”, dijo Quiroga al reconocer la derrota una hora después de la difusión de los resultados, mientras sus seguidores gritaban “¡fraude!”. “Entiendo el dolor que nos embarga, si tuviéramos una evidencia sistemática la pondríamos sobre la mesa”, dijo.
Paz heredó la mayor parte de los votos del partido de Morales, fuerte en el occidente andino de mayoría indígena. Fue clave su apuesta por lo que llama “capitalismo para todos”, un experimento aún poco definido con el que logró seducir a una nueva burguesía aimara nacida durante el masismo. Se trata de indígenas que ya no se definen políticamente por su origen, sino por su posición en la escala social: son universitarios, empresarios, comerciantes, transportistas y, algunos de ellos, empresarios exitosos y muy ricos. Paz les ofreció eliminar “el Estado tranca” que hoy les impide desarrollarse como emprendedores. Quiroga, en cambio, había prometido en campaña que resolvería la recesión económica que deja el MAS con la ayuda del Fondo Monetario Internacional y más apertura a los mercados internacionales. Advirtió también que eliminará el subsidio a los combustibles para acabar con el desabastecimiento, una medida muy dolorosa que hubiera supuesto duplicar el precio en los surtidores.
El primer dirigente en celebrar el resultado fue el vicepresidente electo, Edman Lara. “Es tiempo de hermandad y de reconciliarnos, todos somos bolivianos. Yo siempre creí en Dios, le dejé todo a su voluntad”, dijo. Lara merecerá una atención especial. Expolicía, es muy popular en redes sociales, tanto que Paz le debe buena parte de su triunfo. Era común en las calles de La Paz encontrar personas que decían que votarían “por el capitán”, antes que por el candidato a presidente. La relación entre ambos será sin duda conflictiva, sin que quede claro aún cuál será la fórmula que garantice la paz interna.









