El canto de Juan Luis Guerra, patrimonio musical y poético de la República Dominicana

El canto de Juan Luis Guerra —ese que hizo del amor una geografía y del merengue y la bachata una lengua universal— resonó anoche en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se le declaró “Patrimonio musical y poético de la República Dominicana”.

El lauro, entregado por el canciller Roberto Álvarez, simboliza una consagrada e indetenible trayectoria de más de cuatro décadas elevando la música dominicana hasta los rincones más impredecibles del mundo.

“Con su música, Juan Luis ha dignificado lo nuestro. Ha sabido convertir el sonido de nuestras raíces en un lenguaje universal. Su obra trasciende el entretenimiento: es identidad, es puente entre la emoción y un anhelo compartido”, expresó el canciller durante el acto, que contó con la presencia de la primera dama, Raquel Arbaje, y la esposa del artista, Nora Vega.

A sus 68 añosJuan Luis Guerra escuchó emocionado cómo su historia artística era narrada y analizada por los intelectuales Jochy Herrera, Pedro Delgado MalagónSoledad Álvarez y César Muñoz, quienes exploraron las raíces literarias y filosóficas de su obra.

Cada uno compartió su primer encuentro con las canciones del maestro y la influencia poética que respira su universo musical, donde se entrelazan ecos de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y la tradición lírica hispanoamericana.

“La metáfora —dijo Soledad Álvarez— es su mayor figura poética. Cuando canta Como abeja al panal, transforma el amor en miel, en dulzura y pureza”.

Jochy Herrera destacó su capacidad para elevar lo popular a la categoría de rito, mientras Delgado Malagón subrayó que sus canciones “han cruzado los océanos sin perder su raíz”.

Desde la mirada del comunicador César Muñoz, la obra de Guerra fue “una identidad modelo en toda Latinoamérica”, capaz de unir culturas a través del ritmo y la palabra.

Al recibir el reconocimiento, Juan Luis Guerra agradeció con humildad:

“Gracias por tanto cariño, gracias a mi pueblo dominicano. Me siento más que honrado por las palabras de los panelistas y por descubrir, junto a ellos, los acordes de Ojalá que llueva café, que no sabía eran azul y amarillo. Si algo tengo claro es que mis melodías, mis metáforas y mis canciones provienen de mi Señor Jesús”.

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