WASHINGTON — La demolición comenzó el lunes en el ala este de la Casa Blanca para dar paso al nuevo y enorme salón de baile de 250 millones de dólares del presidente Trump.
Las fotos proporcionadas a The Post muestran que los equipos de construcción ya han arrancado la entrada cubierta que durante décadas saludaba a los visitantes que realizaban excursiones o asistían a eventos especiales.
Las ventanas que dan al Departamento del Tesoro están destrozadas y con las bisagras medio arrancadas, y la antigua oficina de caligrafía del piso superior de la Casa Blanca tiene un enorme agujero.
El video que circuló después de que se tomaron las fotos muestra una gran máquina de demolición que llega al interior de la estructura para sacar escombros mientras una manguera rocía agua para minimizar el polvo.
El Ala Este, construida en su forma actual en 1942, con un predecesor de un solo piso que data de 1902, es una de las partes más nuevas del complejo de la Casa Blanca.
El ala históricamente ha albergado las oficinas de la primera dama y se encuentra encima de un refugio antiaéreo.
Trump está alargando significativamente el Ala Este hacia el sur para dar cabida al nuevo salón de baile, y ya se han talado varios árboles para dar paso a la ampliación.
La idea de un nuevo salón de baile se inspiró en el enorme salón dorado que Trump tiene en su club Mar-a-Lago en Palm Beach, que puede albergar eventos importantes, incluido el lanzamiento de su campaña más reciente.
Actualmente, el Salón Este es el espacio para eventos más grande de la Casa Blanca y tiene capacidad para unas 200 personas (o muchas más si se mantienen apiñadas unas de otras, como suele ser el caso en las fiestas sobre patrimonio cultural).
«Tendremos un salón de baile fenomenal, será uno de los mejores del mundo. De hecho, no habrá nada igual», dijo Trump a los donantes del proyecto de construcción la semana pasada.
