Bill Gates puede tener más dinero del que podría gastar, pero hay una cosa que no está dispuesto a dejar ir: su enorme propiedad en el Lago Washington, Xanadu 2.0.
A pesar de ser soltero y tener el nido vacío, el cofundador de Microsoft, de 69 años, no tiene planes de reducir el tamaño de su enorme propiedad de 66.000 pies cuadrados, que originalmente compró en 1988 por apenas 2 millones de dólares.
Ahora vale más de 130 millones de dólares.
“Mi casa en Seattle, lo admito, es gigantesca”, dijo Gates, quien durante mucho tiempo ostentó el título de la persona más rica del mundo, a The UK Times. “Mis hermanas han reducido su tamaño. Yo no puedo. Me gustan las casas que tengo”.
“A mis hijos les gusta volver, es un lujo. No cocino, no hago mi cama, pero no me importa si nadie la hace, no me daría cuenta”.
Xanadu 2.0, que bautizó como una oda a la película de 1941 “Ciudadano Kane”, es el epítome del lujo multimillonario y cuenta con seis cocinas, 24 baños, una sala de trampolines cubierta, una biblioteca privada y una piscina equipada con un sistema de música subacuático.
A Gates le llevó siete años y 63 millones de dólares en renovaciones diseñar la propiedad según sus especificaciones exactas, convirtiéndola más en un refugio personal que en un simple hogar.
La mansión ha sido una parte clave de la vida de Gates durante décadas, a pesar de que su ex esposa Melinda una vez la llamó "el sueño de un soltero y la pesadilla de una novia".
Incluso admitió en una entrevista en 2008 que tuvo dudas sobre mudarse.
Pero para Gates, la casa es más que solo ladrillos y cemento: es una inversión cuyo valor se ha disparado con el paso de los años.
Y no es el único que tiene apego al sector inmobiliario.
El multimillonario inversor Warren Buffett ha conservado su casa de Omaha durante más de 65 años. Comprada en 1958 por solo 31.500 dólares, la casa de cinco habitaciones vale ahora alrededor de 1,4 millones de dólares.
A pesar de su modesto tamaño en comparación con el palacio tecnológico de Gates, Buffett insiste en que no lo cambiaría por nada.