Un ataque israelí en Beirut derribó un edificio de 11 pisos en una ráfaga de fuego y cenizas mientras el Estado judío incrementaba sus bombardeos letales contra Hezbolá en la capital libanesa el viernes.
El ejército israelí emitió una nueva ola de órdenes de evacuación para el sur de Beirut el viernes por la mañana, y los ataques subsiguientes eliminaron presuntos bastiones de Hezbolá en la ciudad.
Imágenes de Reuters mostraron que los ataques impactaron el edificio de varios pisos, que se llenó de una nube de humo mientras los civiles observaban cómo el rascacielos se convertía en polvo.
El ataque se produjo mientras Israel concentraba sus ataques en otras dos localidades del sur del Líbano en un supuesto plan para aislar la aldea de Khiyam, donde Hezbolá disparó recientemente cuatro cohetes contra el Estado judío, dijeron a Reuters fuentes de seguridad locales.
Los ataques adicionales cerca de Khiyam mataron a cinco paramédicos afiliados a Hezbollah, según el Ministerio de Salud del Líbano.
La Organización Mundial de la Salud estima que 226 trabajadores de la salud y pacientes han sido asesinados desde que Hezbolá e Israel comenzaron a intercambiar disparos el año pasado, pero aún no está claro cuántos estaban afiliados al grupo terrorista.
Las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que los ataques del viernes también tuvieron lugar cerca de la ciudad costera de Tiro, donde alcanzaron “centros de comando, infraestructura de inteligencia e instalaciones de almacenamiento de armas”.
“La zona de Tiro sirve como un bastión importante para Hezbolá y la unidad Aziz, que coordina operaciones contra Israel y las fuerzas de las FDI”, dijo el ejército israelí en un comunicado.
Israel ha intensificado sus ataques aéreos y operaciones terrestres en el sur del Líbano durante el último mes, con el objetivo de diezmar la infraestructura terrorista de Hezbolá cerca de la frontera.
El conflicto ha obligado a más de cien mil ciudadanos a huir del norte de Israel, y el regreso a casa es uno de los objetivos de la guerra en el Líbano del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
A pesar de haber sufrido importantes golpes a su liderazgo e infraestructura, Hezbolá continúa disparando diariamente bombardeos de cohetes contra Israel, que comenzaron un día después de la masacre del 7 de octubre.
Los enfrentamientos del viernes también dejaron cuatro soldados de paz de la ONU heridos, y el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, dijo que la evidencia apuntaba a Hezbolá como el responsable.