Un accidente de Osprey que mató a tres marines durante un ejercicio de entrenamiento en Australia evitó por poco una colisión en el aire causada por errores del piloto antes de caer el año pasado, mientras surgían más revelaciones sobre la tragedia en un informe militar el viernes.
El trágico accidente del 27 de agosto de 2023, que se cobró la vida de los pilotos, la capitana Eleanor V. LeBeau, de 29 años, y el mayor Tobin J. Lewis, de 37, así como del jefe de tripulación, cabo Spencer R. Collart, se produjo en medio de una "cultura que ignoraba la seguridad del vuelo" que el liderazgo del escuadrón permitió que persistiera, según el informe.
Mientras que LeBeau y Lewis, el comandante de la aeronave, murieron en el accidente, Collart, de 21 años, murió después de "reingresar heroicamente a la cabina en llamas del avión en un intento de rescatar a los pilotos atrapados", dijeron los investigadores militares.
Otros veinte militares que estaban en la parte trasera del avión sobrevivieron.
El accidente ocurrió cuando dos Ospreys, que pueden volar como aviones o helicópteros, volaban a baja altura en una aproximación de aterrizaje final durante el ejercicio de entrenamiento multinacional.
Mientras un helicóptero seguía al otro, el primero redujo la potencia sin avisar al segundo. El segundo Osprey no se dio cuenta de lo rápido que se acortaba la brecha entre los dos y reaccionó con una inclinación pronunciada para evitar chocar contra el helicóptero líder.
El piloto entró en dos taludes más empinados donde se encontró con un viento de cola de 20 nudos y finalmente se detuvo, lo que provocó su caída, según el informe.
Durante esos minutos fatales, el comandante del avión debería haber tomado el control de la situación antes, según el informe.
El accidente fatal expuso graves problemas de seguridad en el escuadrón con base en Hawái que podrían llevar a posibles cargos en corte marcial contra un miembro de alto rango del escuadrón y posibles acciones administrativas contra el ex oficial al mando del escuadrón, el teniente coronel Joe Whitefield, quien, según el informe, “permitió una cultura que no respetaba la seguridad de los procedimientos de vuelo”.
Un oficial de mantenimiento de alto rango anónimo fue sancionado con una violación al Código Uniforme de Justicia Militar por incumplimiento del deber y por generar y firmar falsamente un formulario que informaba el peso y las cargas de la aeronave después del accidente.