En un momento de su celebración, después de que Sydney McLaughlin-Levrone batiera su propio récord mundial —de nuevo— en los 400 metros con vallas para marcharse de los Juegos Olímpicos de 2024 con su última medalla de oro, recibió una tiara de las gradas.
Fue uno que su cuñada trajo para la nativa de Nueva Jersey, según Associated Press, y que se convirtió en un accesorio apropiado para lo que siguió, cuando McLaughlin-Levrone caminó con una bandera estadounidense sobre sus hombros y la tiara en su cabeza.
Sydney McLaughlin-Levrone de Estados Unidos en acción antes de ganar el oro y romper el récord mundial.
No era exactamente una escena nueva.
Salió de Tokio hace tres años con una medalla de oro también en este evento.
Su nombre ya ha estado en la cima del deporte o cerca de ella durante casi una década, a pesar de que acaba de celebrar su cumpleaños número 25 el miércoles.
Y McLaughlin-Levrone regresará de París con otra también, después de una victoria dominante y un tiempo de 50,37 segundos, más de un segundo por delante de Anna Cockrell del equipo estadounidense, que se llevó la plata.
"Sólo esperaba que fuera una carrera digna de sostener (la tiara)", dijo McLaughlin-Levrone a los periodistas.
