Varias personas murieron cuando un tornado arrasó Greenfield, Iowa, y dejó una amplia franja de casas destruidas, automóviles destrozados y árboles astillados, mientras que fuera de la pequeña ciudad, enormes turbinas eólicas quedaron dobladas y retorcidas hasta el suelo por el viento.
Después de devastar la ciudad de 2,000 residentes, las tormentas se desplazaron hacia el este para azotar partes de Illinois y Wisconsin, dejando sin electricidad a más de 140,000 clientes en los dos estados.
El hospital de Greenfield se encontraba entre los edificios que resultaron dañados en la ciudad, lo que significó que al menos una docena de personas heridas tuvieron que ser trasladadas a instalaciones en otros lugares, según el sargento de la Patrulla Estatal de Iowa Álex Dinkla.
"Lamentablemente, podemos confirmar que ha habido víctimas mortales", dijo Dinkla en una conferencia de prensa el martes por la noche, sin especificar cuántas. "Todavía estamos contando en este momento".
El sargento dijo que pensaba que habían contabilizado a todos los residentes de la ciudad, pero que las búsquedas continuarían si se reportaba la desaparición de alguien. El Sistema de Salud del Condado de Adair dijo en una publicación de Facebook el martes por la noche que había establecido un centro de clasificación en la escuela secundaria de Greenfield y que las personas que necesitaran atención médica deberían ir allí.
El tornado destruyó gran parte de Greenfield, que se encuentra a unas 55 millas al suroeste de Des Moines, durante un día en el que se produjeron múltiples tornados, granizo gigante y fuertes lluvias en varios estados.
Bob Oravec, pronosticador principal del Servicio Meteorológico Nacional, dijo que se espera que el sistema gire hacia el sur este miércoles, provocando un clima más severo en partes de Texas, Oklahoma, Arkansas y el sur de Missouri.
Toque de queda y ayuda entre los residentes
Las autoridades anunciaron un toque de queda obligatorio para la ciudad y dijeron que solo permitirían a los residentes ingresar a Greenfield a partir de este miércoles por la mañana. También ordenaron a los representantes de los medios que abandonaran la ciudad el martes por la noche.
Después de la tormenta, montones de madera rota de casas, ramas, piezas de automóviles y otros escombros cubrían los espacios en donde alguna vez estuvieron las viviendas. Algunos árboles que aún estaban en pie fueron despojados de sus ramas y hojas. Los residentes se ayudaron mutuamente a rescatar muebles y otras pertenencias que estaban esparcidas en todas direcciones.