El senador de origen cubano Robert Menéndez puso su poder “en venta”, dijo la Fiscalía de Estados Unidos en los alegatos de apertura del juicio que le sienta por corrupción, al acusarlo de ayudar a los gobiernos de Egipto y Catar a cambio de dinero.
“Era poderoso, también era corrupto”, aseguró la fiscal Lara Pomerantz al jurado de 12 miembros y 6 suplentes, que sellará su suerte al término de este juicio en el que también se sientan los empresarios Wael Hana y Fred Daibes. El juicio a su esposa, Nadine Menéndez, inculpada en la misma causa, ha sido pospuesto hasta julio de 2024 por problemas de salud.
Acusado de beneficiar al Gobierno de Egipto
La Fiscalía acusa al senador de 70 años -que fuera uno de los pesos pesados del Partido Demócrata- de utilizar su poder para proteger y enriquecer a los dos empresarios e influir con el fiscal general de Nueva Jersey a favor de un tercero, José Uribe, que se declaró culpable y está colaborando con el Ministerio Público. Los cargos más graves pueden acarrear hasta 20 años de cárcel.
Además, Menéndez está acusado de beneficiar al Gobierno de Egipto, proporcionando “información sensible” sobre el Ejecutivo de Estados Unidos y “adoptar medidas” secretamente en favor de ese país entre 2018 y 2022.
Así como de ayudar a Daibes para invertir en un fondo vinculado con Catar. A ello se suma otra imputación de la Fiscalía que lo acusó en marzo de 2024 de obstrucción a la justicia cuando se le investigaba por los sobornos recibidos.
“Puso su avaricia primero, puso su propio interés por encima del interés de la gente (a la que servía), puso su poder en venta”, afirmó Pomerantz y agregó que “esto no era la política de siempre, era la política con ánimo de lucro”.
Dinero, oro y joyas en su propiedad
La Policía halló en la casa del senador y su esposa en Nueva Jersey $480,000 dólares escondidos en una caja de seguridad, entre la ropa, bolsillos de chaquetas con su nombre y zapatos y 13 lingotes de oro. Su esposa también habría recibido un Mercedes-Benz descapotable, un anillo de diamantes y muebles.
En su turno, el abogado defensor Avi Weitzman trató de deslindar el trabajo del entonces presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado -a cuya presidencia renunció tras ser imputado- con los negocios de su esposa de origen libanés a la que conoció en 2018 y con quien se casó dos años después.
“Nadine tenía preocupaciones financieras”, reconoció Weitzman, pero se las había escondido al senador, según él. “Se aseguró de que Bob no estuviera en las conversaciones”, sostuvo la defensa, que expresó que ella se apoyaba en amigos y familiares para superarlas.