Crecen las denuncias de beneficiarios de las tarjetas de Transferencia Electrónica de Beneficios (EBT) que cuando van al punto de venta se encuentran con que sus fondos han sido robados. Mientras las autoridades de Nueva York establecen más controles y crean más barreras a estos delincuentes, estos a la vez, buscan formas novedosas para seguir extrayendo el dinero de los más vulnerables.
Luego de una serie de acciones anunciadas por el gobierno estatal, para compensar y proteger a los beneficiarios de cupones SNAP y asistencia temporal en efectivo, un grupo de legisladores plantean otras herramientas legales para elevar más la protección a estos grupos vulnerables a la clonación de identidad, robo de códigos y claves.
Este martes, se presentó un paquete de proyectos de ley que se centra en hacer más complicado el robo de las EBT y aumentar el castigo a las personas reincidentes y condenadas por este tipo de estafas.
“Estamos modificando la ley penal, para incluir el robo de estos beneficios, independientemente de su valor, como un hurto mayor, como un delito muy grave. Enviamos un mensaje claro, de que este estado se mantiene firme contra la explotación a los más pobres. Este tipo de delincuentes deben enfrentar consecuencias significativas”, explicó el senador estatal Luis Sepúlveda quien representa a partes de El Bronx.
Más acciones contra los clonadores
Otra iniciativa propone extender con fuerza de ley, mecanismos tecnológicos que permitirían a los beneficiarios de estos programas cancelar o bloquear estas tarjetas para evitar transacciones fuera del estado.
De igual forma, otro anteproyecto también haría mucho más fácil el bloqueo automático de las EBT apenas se informe o se sospeche de un fraude. También se está legislando para que el acceso al idioma no sea una traba para que las personas puedan actuar rápido, en las líneas telefónicas en donde se reportan estas triquiñuelas de bandas organizadas.
Los asambleístas Brian Cunningham y Sam Berger han presentado estas legislaciones, luego de ser testigos, de cómo en sus respectivos distritos de Brooklyn y Queens, en los últimos seis meses, han escuchado crecientes denuncias de personas que les han “blanqueado” sus beneficios.
“Este delito consiste literalmente en robar comida de la boca de las personas más vulnerables de nuestra sociedad: las personas mayores, los niños y los discapacitados. Tenemos la obligación moral de proteger a los miembros de nuestra comunidad del hambre“, apuntó el asambleísta Cunningham del distrito 43 de Brooklyn.