Más de 250,000 personas en Puerto Rico, un 17 % del total de abonados del servicio eléctrico en la isla, sufrieron este domingo ya la interrupción del mismo ante la inminente llegada de la tormenta tropical Fiona, que es probable se convierta en huracán al entrar en la isla.
Las regiones más afectadas son Caguas, al sur del área metropolitana, con el 47 % de los clientes sin luz; y Carolina, vecina a San Juan, con el 21 %, según los datos del portal de la empresa Luma Energy, encargada de la transmisión y distribución de la electricidad.
La red eléctrica de Puerto Rico es muy frágil, especialmente desde el huracán María, que hace exactamente cinco años devastó la isla y arrasó con todo su tendido eléctrico, dejando a gran parte de la población a oscuras durante meses.
La compañía también confirmó hoy en un comunicado que Quanta, una de sus empresas matrices, ha estado trabajando "mano a mano" en la supervisión de las condiciones en Puerto Rico ante el paso de Fiona con el objetivo de apoyar los esfuerzos de recuperación.
Hasta ahora, ha provisto decenas de equipos especializados en el manejo de emergencias y ha desplegado cientos de trabajadores de línea altamente capacitados y experimentados en la isla para ayudar en el esfuerzo de respuesta y restauración, aseguró la nota.
Duke Austin, presidente y principal oficial ejecutivo de Quanta, adelantó que los recursos de la empresa están a disposición de LUMA e indicó que, de ser necesario, podrá añadir al equipo local más de 5,000 trabajadores especializados para restaurar la energía tras los impactos de la tormenta.
Con vientos máximos sostenidos de 110 kilómetros por hora (70 millas), Fiona ha ganado fuerza y está a punto de convertirse en huracán mientras se acerca en esta jornada a Puerto Rico, donde desde ayer ya se sienten algunos efectos.
El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, en inglés) informó de que Fiona se encuentra este domingo a 105 kilómetros (65 millas) al sureste de Ponce (Puerto Rico) y mantiene un movimiento hacia el oeste a 13 kilómetros por hora (8 millas).
Se esperan lluvias torrenciales, deslizamiento de lodos, marejada ciclónica y corrientes de resaca, por lo que el gobernador de la isla, Pedro Pierluisi, declaró el estado de emergencia estatal.