Miami Heat saltó este sábado a la cancha del American Airlines Arena con la palabra victoria escrita en la frente y a pesar de su mal comienzo se salió con la suya, en un gran partido que, más que un juego, pareció una pelea de perros.
Y es que se jugó con una gran intensidad, disputando cada balón como si fuera el último y atacando con fiereza el aro rival.
Al quinteto de Miami no le importó los récords, ni el lugar en la tabla, ni que no estuviera Tyler Johnson para demostrar todo su potencial e imponerse 109-97 a los Bucks y de este modo conseguir su tercera victoria consecutiva por primera vez en la temporada.
“Miami está jugado extremadamente bien, todos son muy profesionales”, dijo el entrenador de los Bucks Jason Kidd. “Tines que respetarlos y entrar con la intención de jugar duro desde el principio. Sus defensas sobrepasaron los 50 puntos”
Ciertamente. El escolta Dion Waiters anotó 33 puntos y el armador Goran Dragic 25, más seis asistencias, en noche de gala, ayudando a ganar el segundo partido a Milwaukee.
El Heat jugó muy bien en defensa, pero sobre todo destacó a la ofensiva, consiguiendo un astronómico 53.2 por ciento en los tiros de campo y un 43.3 por ciento en triples (13-30).
La clave de la victoria fue su gran concentración y la energía con que jugó, haciendo estériles los esfuerzos de Gianni Antetokuonmpo, quien terminó con 24 puntos y 10 rebotes, y de Jabari Parker, que se fue con 16.
Por Miami también brillaron Hassan Whiteside con 16 puntos y 15 rebotes, así como Wayne Ellington con otros 15 cartones.