Un ataque cardíaco este domingo tomó el ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, que estaba principalmente en la República Islámica de Irán desde su fundación. Su figura como un hombre de consenso, religioso y pragmático, hizo que muchos quisieran ignorar las líneas oscuras. Un grupo notable lloró frente al Hospital de los Mártires en Tajrish, donde expiró y donde fue enviado para despedirlo por el presidente iraní Hasan Rohani, uno de los más afectados por su pérdida.
Rohani ha demostrado su gran dolor y ha dejado un mensaje en su cuenta oficial de Twitter afirmando que "el alma del gran hombre de la revolución y la política, símbolo de paciencia y resistencia, ascendió al cielo". El veterano ayatolá de formación, escritor y político, de 82 años, había sido admitido este fin de semana en hospital hospitalario. "A pesar de los esfuerzos de los médicos murieron", reconoció Reza Solemani, portavoz del Consejo de Discernimiento, un importante órgano de deliberación.
El estado Irinn anunció la muerte de Rafsanyani en la tarde destacando que se fue "después de una vida de lucha y esfuerzos constantes en línea con el cumplimiento de los objetivos del Islam y su revolución". Todas las cadenas nacionales colocaron una crepe negra en sus pantallas. Tres días de luto oficial fueron declarados por lo que se ha descrito como "pilar de la Revolución".
Que a pesar de que los medios de comunicación están bajo el control del líder supremo Ali Khamenei, uno de sus mayores críticos con los directores – cerca de la línea dura – desde que tomó partido con los reformistas en las elecciones de 2009, ganado por el ultraconservador Ahmadinejad y Seguido por una ola de disturbios sangrientos.