El papa Francisco ha vuelto este domingo a sacudir las conciencias en el día de Navidad, al repasar las guerras que afligen el mundo y los actos de terrorismo que han causado muertes y miedo en el corazón de las ciudades.
Asomado al balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro, donde se presentó al mundo como papa el 13 de marzo de 2013, Francisco ha seguido su propia tradición y ha ido invocando la paz ante todas las guerras y males del mundo en su mensaje de Navidad. Y ha clamado por una paz “no de palabra, sino eficaz y concreta”. “Es hora de que las armas callen definitivamente”, ha sentenciado.
Ante 40.000 fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro para recibir la bendición urbi et orbi, el pontífice argentino ha explicado que los ángeles anunciaron “paz en la tierra” con el nacimiento de Jesús y que este anuncio quiere llegar hoy “a todos los pueblos, especialmente los golpeados por la guerra y por conflictos violentos, y que sienten fuertemente el deseo de la paz”. Ha comenzado invocando la paz para “la martirizada Siria, donde demasiada sangre ha sido derramada” y “sobre todo en la ciudad de Alepo, escenario de una de las batallas más atroces”.